Diciembre 21, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Domingo 18 de Junio de 2023

Domingo undécimo del tiempo ordinario
Salterio III
Color: verde

INTRODUCCIÓN

Hoy, muchos viven desconcertados por las crisis del presente. Las lecturas de este domingo nos ofrecen luces y dan sentido a nuestras vidas para enfrentar el desconcierto, lo que nos entusiasma y lanza a la acción.

La lectura del Éxodo nos dice que, como lo hizo con Israel, el Señor quiere hacer alianza y fiesta con nosotros. A Él no le importa nuestra debilidad porque su amor todo lo vence. Miremos al Hijo de Dios en la cruz, prueba de que no hay amor más grande que quien murió por nosotros (Rom 5, 8). Conectados a ese amor haremos de nuestra vida una respuesta generosa y fecunda.

El evangelio nos muestra un Señor compasivo con la ignorancia y la debilidad: enseñaba y sanaba a la multitud de entonces. No quiso ser el único en hacerlo y eligió a los Doce para que lo ayudaran. El evangelio se complace en dar sus nombres, uno a uno.

Hoy, Cristo nos llama y envía, a todos y a cada uno, a enseñar y sanar. A hablar con cariño de Dios, nuestro Padre, y de su reino, el presente y el eterno del futuro. A trasmitir la fe a las nuevas generaciones. A sanar cuerpos, mentes y corazones. A establecer en la sociedad la justicia, el amor y la paz. Hay tantos heridos postrados que esperan un buen samaritano. Por medio nuestro el Señor quiere ir a sanarlos.

Antífona de entrada             Cf. Sal 26, 7.9 

Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, fuerza de los que esperan en ti, escucha con bondad nuestras súplicas, ya que sin tu ayuda nada puede la fragilidad humana, y concédenos la gracia de cumplir tus mandamientos para agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada.

Lectura del libro del Éxodo   19, 1b-6a

Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí. Habían partido de Refidím, y cuando llegaron al desierto del Sinaí, establecieron allí su campamento. Israel acampó frente a la montaña.

Moisés subió a encontrarse con Dios, El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: 

Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas:

“Ustedes han visto cómo traté a Egipto, y cómo los conduje sobre alas de águila y los traje hasta mí. Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada”.

SALMO RESPONSORIAL   99, 1b-3. 5

R/. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos.

Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

SEGUNDA LECTURA

Fuimos reconciliados por la muerte del Hijo, seremos salvados por su vida.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma  5, 6-11

Hermanos:

Cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.

Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por Él de la ira de Dios.

Porque, si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.

Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Mc 1, 15

Aleluya.

El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO

Jesús convocó a sus doce discípulos y los envió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   9, 35—10, 8

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:

La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia.

Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:

No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.

Credo

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LOS FIELES

Oremos, hermanos, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres:

Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo. Roguemos al Señor

Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado. Roguemos al Señor

Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias, y la realización plena de los proyectos de su viaje. Roguemos al Señor

Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco Juan Pinto que nos preside, para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables. Roguemos al Señor

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