Septiembre 7, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Domingo 25 de Junio de 2023

Domingo duodécimo del tiempo ordinario
Salterio IV
Color: verde

INTRODUCCIÓN

El sufrimiento constituye un tormentoso problema porque toca a todos los hombres, a los justos y a los inocentes. La persecución golpea a los justos justamente porque son justos y alcanza de una manera especial a los profetas a causa del amor a Yahvé y de su fidelidad a la Palabra. Jeremías ocupa entre los perseguidos un lugar especial: él ha expresado mejor que otros el estrecho ligamen que existe entre la persecución y la misión profética. El siervo sufriente cumple el plan de Dios con la aceptación de los maltratos que el pueblo le infringe. La razón profunda que explica el drama del justo perseguido la vamos a encontrar en el libro de la sabiduría: el justo ha llegado a ser para el impío “insoportable de solo verlo” (Sab 2, 14) Es un testimonio del Dios vivo que se prefiere desconocer. 

Condenando a Jesús al suplicio de la cruz los hebreos continúan con las injusticias de sus antepasados que persiguieron a los profetas y de esa manera se opusieron al plan de Dios, pero el cálculo del hombre pecador se revela equivocado. Los principales de este mundo crucificando al Dios de la gloria, se convierten en realidad en los instrumentos de la sabiduría divina, porque la muerte de Cristo es salvación del mundo, gloria de Dios. 

En la enseñanza de Jesús la persecución llega a ser una bienaventuranza: “Bienaventurados ustedes cuando los insulten y los persigan” ((Mt. 5, 11). Es inevitable “un siervo no es más grande que su Señor. Si me han perseguido a mí, los perseguirán también a ustedes”. Comprometerse a vivir siguiendo los caminos de Dios, significa encontrar en nuestro andar, dificultades siempre nuevas. 

En un mundo que es dominado por el egoísmo y por la búsqueda de los propios intereses, quien predica el amor, la pobreza y el perdón, será inevitablemente perseguido, porque el pecado está profundamente radicado en el corazón del hombre. 

Pero el perseguido no teme, tiene confianza en el Señor. Los perseguidores solamente pueden matar el cuerpo, pero no tienen poder para destruir el alma.

Antífona de entrada Cf. Sal 27, 8-9 

El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que en tu providencia nunca abandonas a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Libró la vida del indigente del poder de los malhechores.

Lectura del libro de Jeremías  20, 10-13

Dijo el profeta Jeremías:

Oía los rumores de la gente: ¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!”  Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza.

Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable.

Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa.

¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque Él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!

SALMO RESPONSORIAL   68, 8-10. 14. 17. 33-35

R/. Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.

Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí.

Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos.

SEGUNDA LECTURA

No hay proporción entre el don y la falta.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 5,12-15

Hermanos:

Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la Ley, pero cuando no hay Ley, el pecado no se tiene en cuenta. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir.

Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  Jn 15, 26b. 27a.

Aleluya.

El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

No teman a los que matan el cuerpo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   10, 26-33

Jesús dijo a sus apóstoles:

No teman a los hombres. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que Yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.

No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquél que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.

¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.

Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero Yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.

Credo

ORACION DE LOS FIELES

Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su ayuda salvífica:

Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N. y por todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor.

Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.

Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor.

Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias, y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.

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