Eucaristía del Martes 17 de Septiembre de 2024
Martes de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario
San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia
Memoria libre
Color: blanco
El jesuita Roberto Belarmino (1542-1621), toscano de origen, enseñó en Lovaina y, luego, en Roma, donde escribió sus “Controversias” y formó al joven Luis Gonzaga. Nombrado Cardenal arzobispo de Capua, mostró su celo y dedicación en la acción pastoral, pero tuvo que volver a Roma para desempeñarse como consejero del Papa y de la Curia vaticana.
Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23-24
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para defender la fe de tu Iglesia otorgaste a san Roberto Belarmino sabiduría y entereza admirables, concede, por su intercesión, que tu pueblo se alegre de profesar íntegramente esta fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Ustedes son el Cuerpo de Cristo y cada uno, miembro de ese Cuerpo.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 12, 12-14. 27-31a
Hermanos:
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo.
En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de sanar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de sanar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?
Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos.
SALMO RESPONSORIAL 99,1-5
R/. ¡Somos su pueblo y ovejas de su rebaño!
Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta El con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios: El nos hizo y a El pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, Y su fidelidad por todas las generaciones.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 7, 16
Aleluya.
Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Joven, yo te lo ordeno, levántate.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 11-17
Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”.
El muerto se incorporo y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros Y Dios ha visitado a su Pueblo”.
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.