Octubre 18, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Domingo 06 de Octubre de 2024

Domingo vigesimoséptimo del tiempo ordinario
Salterio III
Color: verde

Hoy el Señor nos propone, en la Liturgia de la Palabra a nuestra contemplación, un tema delicado: matrimonio y divorcio. No puede ser más providencial la delicadeza del Señor, cuando nos invita a mirar el matrimonio, al inicio de la Semana de la Familia.

Jesús nos invita junto con los suyos a mirar “al principio de la creación”, donde Dios hizo al hombre varón y mujer. ‘Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne’. ‘De manera que ya no son dos, sino una sola carne’. ‘Que el hombre no separe lo que Dios ha unido’.

Siempre la invitación es mirar al principio para descubrir las razones últimas de la existencia, allí encontramos mucho más que el “capricho humano”, encontramos la Voluntad del Creador, por lo que Él ha creado, ha concebido su plan desde el principio, como un plan de Amor.

El matrimonio, en la mirada de Cristo, es más que un contrato legal, es fiel reflejo de una relación de alianza, a semejanza de la que Dios ha hecho con su pueblo. Desde esta perspectiva, Cristo alienta la fidelidad conyugal, fidelidad sostenida no por la ley, sino por el amor.

La Eucaristía que celebramos es el reflejo más fiel de esa realidad matrimonial, las bodas de Cristo con su Iglesia que la ama hasta “el extremo”, dar su vida por ella.

El ejemplo de los niños con que termina Jesús, es una invitación a ser como ellos: diáfanos con su mirada, sin nada que esconder ni que ofrecer, sin nada que defender. Jesús nos pone como ejemplo a los niños porque a ellos debemos imitar, si de verdad queremos seguir el camino cristiano y participar del Reino de Dios y adentrarnos en la verdad del plan de Dios.

Que Cristo Jesús traiga la bendición de la unidad familiar, nos haga mirar con otros ojos, los de Dios, la razón de Ser más profunda del matrimonio, para que superando toda visión reduccionista, caprichosa y egoísta del matrimonio y de la familia cristiana, al participar de la Cena con Jesús, reavivemos el fuego del Amor que brota de la Eucaristía y, podamos vivir el proyecto de Dios sobre el matrimonio.

Antífona de entrada             Cf. Est 4, 17 

Señor, todo está bajo tu poder y nada puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres el Señor del universo. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso sobrepasas los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia perdonando lo que inquieta nuestra conciencia y concediéndonos aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Llegan a ser una sola carne.

Lectura del libro del Génesis  2, 4b. 7a. 18-24

Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, modeló al hombre con arcilla del suelo, y dijo: No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.

Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre.

El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada.

Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando éste se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.

El hombre exclamó:

¡Ésta si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!

Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre.

Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

SALMO RESPONSORIAL   127, 1-6

R/Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.

Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén! 

¡Y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel!

SEGUNDA LECTURA

El que santifica y los que son santificados tienen un mismo origen.

Lectura de la carta a los Hebreos   2, 9-11

Hermanos:

A Aquél que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, Él experimentó la muerte en favor de todos.

Convenía, en efecto, que Aquél por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y, los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 14, 12

Aleluya.

Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. Aleluya.

EVANGELIO

Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 10, 2-16

Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: ¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?

Él les respondió: ¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?

Ellos dijeron: Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella.

Entonces Jesús les respondió: Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, “Dios los hizo varón y mujer”. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne”. De manera que ya no son dos, “sino una sola carne”. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.

Él les dijo: El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.

Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo:

Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Credo

ORACIÓN DE LOS FIELES

Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones.

Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.

Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.

Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.

Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.

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