Eucaristía del Jueves 31 de Octubre de 2024
Jueves de la trigésima semana del tiempo ordinario
Por los enfermos
Propuesta celebrativa
Color: verde
Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Ten piedad de mí, Señor, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos se estremecen, y mi alma está atormentada.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, salud de los que creen en ti; escucha las súplicas que te dirigimos en favor de tus hijos enfermos y, con el auxilio de tu misericordia, devuélveles la salud, para que puedan darte gracias y alabarte en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Tomen la armadura de Dios, para que puedan mantenerse firmes.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 6, 10-20
Hermanos:
Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.
Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, “ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza”. Calcen sus pies con el celo para propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de Él, como debo hacerlo!
SALMO RESPONSORIAL 143, 1-2. 9-10ab
R/. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!
Bendito sea el Señor, mi Roca, el que adiestra mis brazos para el combate y mis manos para la lucha.
Él es mi bienhechor y mi fortaleza, mi baluarte y mi libertador; Él es el escudo con que me resguardo, y el que somete los pueblos a mis pies.
Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas, porque Tú das la victoria a los reyes y libras a David, tu servidor.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Lc 19, 38; 2, 14
Aleluya.
¡Bendito sea el Rey que viene en Nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! Aleluya.
EVANGELIO
No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 13, 31-35
Se acercaron algunos fariseos que le dijeron a Jesús: “Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
Él les respondió: “Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, “a ustedes la casa les quedará desierta”. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en Nombre del Señor!”