Noviembre 12, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Sábado 09 de Noviembre de 2024

Sábado de la trigésimo primera semana del tiempo ordinario
Dedicación de la Basílica de Letrán
Fiesta 
Color: blanco

La Basílica de Letrán es la catedral de Roma. Erigida hacia el año 320 por el emperador Constantino, es la primera de todas las iglesias de Occidente por la antigüedad de su dedicación y por su dignidad. La fiesta de su dedicación nos recuerda que el ministerio del Papa, sucesor de Pedro, ha de constituir para el pueblo de Dios el principio y el fundamento visible de su unidad.

Antífona de entrada             Cf. Ap 21, 2 

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que construyes un templo eterno para ti con las piedras vivas que son tus elegidos, multiplica en tu Iglesia la gracia que le has dado, para que tu pueblo fiel continúe edificando la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

He visto el agua que brotaba del templo: y todos aquéllos a quienes alcanzó esta agua han sido salvados.

Lectura de la profecía de Ezequiel   47, 1-2. 8-9. 12

El ángel me llevó a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del altar. Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho.

Entonces me dijo: “Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas. Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas partes adonde llegue el torrente.

Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio”.

SALMO RESPONSORIAL   45, 2-3. 5-6. 8-9

R/. Vengan a contemplar las obras del Señor.

El Señor es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar.

Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios, la más santa Morada del Altísimo. El Señor está en medio de ella: nunca vacilará; Él  la socorrerá al despuntar la aurora.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro baluarte es el Dios de Jacob. Vengan a contemplar las obras del Señor, Él hace cosas admirables en la tierra.

SEGUNDA LECTURA

Ustedes son templo de Dios.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto  3, 9c-11. 16-17

Hermanos:

Ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo.

¿No saben que ustedes son templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son este templo.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   2Crón 7, 16

Aleluya. “Yo he elegido y consagrado esta Casa, a fin de que mi Nombre resida en ella para siempre”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Se refería al templo de su cuerpo

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan  2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó las mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”.

Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu Casa me consumirá”.

Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?”

Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”.

Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero Él se refería al templo de su cuerpo.

Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

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