Eucaristía del Domingo 02 de Marzo de 2025

Domingo octavo del tiempo ordinario
Color: verde
Hay textos del Evangelio que hablan por sí solos y que nos llaman la atención por su claridad y sencillez. Es el coro de la historia del Papa y de la Virgen, cuantas veces no hemos sido demasiado rápidos en el juzgar a los hermanos.
Nos erguimos en jueces del otro sin antes reconocer lo que sucede en nuestras vidas y que la justicia, la verdad, la rectitud y la misericordia, ordenen todos nuestros actos.
El Señor Jesús no nos invita en primer lugar a vivir una cierta moral, sino que a tener un corazón que se abre a la conversión, porque esta nos hace descubrir a quienes seguir: a sus discípulos, quienes nos llaman a ser santos como el Padre de los cielos es santo.
Teniendo a Jesús como maestro y haciéndonos discípulos, no caminamos en tinieblas, como lo podría hacer un ciego.
Caminamos con la ley de Jesucristo que nos inserta en su misterio Pascual, árbol de la vida que da frutos de amor y verdad, de vida y justicia.
Antífona de entrada Cf. Sal 17, 19-20
El Señor fue mi apoyo: me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama.
Gloria
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que los acontecimientos de este mundo se orienten para nuestro bien, según tus designios de paz, y que tu Iglesia se alegre de servirte con entrega y serenidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
No elogies a nadie antes de oírlo razonar.
Lectura del libro del Eclesiástico 27, 4-7
Cuando se zarandea la criba, quedan los residuos: así los desechos de un hombre aparecen en sus palabras.
El horno pone a prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en su conversación.
El árbol bien cultivado se manifiesta en sus frutos; así la palabra expresa la índole de cada uno.
No elogies a nadie antes de oírlo razonar, porque allí es donde se prueban los hombres.
SALMO RESPONSORIAL 91, 2-3. 13-16
R/. Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor, y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; proclamar tu amor de madrugada, y tu fidelidad en las vigilias de la noche.
El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano: trasplantado en la Casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios.
En la vejez seguirá dando frutos, se mantendrá fresco y frondoso, para proclamar qué justo es el Señor, mi Roca, en quien no existe la maldad.
SEGUNDA LECTURA
Nos ha dado la victoria por Jesucristo.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 15, 51. 54-58
Hermanos:
Les voy a revelar un misterio:
No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados.
Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: “La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?” Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la Ley.
¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
Por eso, queridos hermanos, permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que realizan por Él no serán vanos.
ACLAMACIÓN AL Evangelio Flp 2, 15d. 16a
Aleluya.
Ustedes brillan como rayos de luz en el mundo, mostrando la Palabra de Vida. Aleluya.
EVANGELIO
De la abundancia del corazón habla la boca.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 39-45
Jesús hizo esta comparación:
¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.
El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Credo
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que venga en ayuda de su pueblo y lo socorra en sus necesidades:
– Pidamos al Señor, presente en su Iglesia, que la vivifique y la haga agradable a sus ojos, para que pueda alabarlo con los ángeles del cielo.
– Oremos por los que tienen autoridad en el mundo: que su gobierno sea justo para la tranquilidad de la Iglesia y el bienestar de todos los pueblos.
– Oremos por los que viven lejos de su hogar, por los que están de viaje y por los que se encuentran en peligro, para que Dios les envíe sus ángeles y los proteja de todo mal.
– Oremos por el pueblo aquí reunido, para que el Señor perdone nuestras culpas, nos revele su luz y nos conceda proclamar con valentía el nombre de su Hijo.