Eucaristía del Miércoles 03 de Julio de 2024
Miércoles de la decimotercera semana del tiempo ordinario
Santo Tomás, apóstol
Fiesta
Color: rojo
Tomás, elegido por Cristo para ser apóstol suyo, es también símbolo del hombre en su lento caminar hacia la fe. En el relato evangélico de la Pasión y la Resurrección de Jesús, Tomás se revela en su verdadera personalidad: en la última Cena, una reflexión suya un tanto viva lleva a Jesús a decir “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, luego, ante el anuncio de la Resurrección de Cristo, manifiesta su incredulidad; sin embargo, cuando el Resucitado le muestra su costado abierto, exclama: “¡Señor mío y Dios mío!”
Antífona de entrada Cf. Sal 117, 28. 21
Tú eres mi Dios, y te doy gracias: tú eres mi Dios, y te glorifico; te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.
Gloria
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, alegramos en la fiesta del apóstol santo Tomás, para que siempre nos ayude con su protección y tengamos vida creyendo en aquel a quien reconoció como el Señor resucitado, Jesucristo tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Ustedes están edificados sobre los apóstoles, que son los cimientos.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 2, 19-22
Hermanos:
Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo.
En Él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un Templo santo en el Señor. En Él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.
SALMO RESPONSORIAL Sal 116, 1-2.
R/. ¡Vayan por todo el mundo y anuncien el evangelio!
¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos!
Porque es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn. 20, 29.
Aleluya.
“Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
¡Señor mío y Dios mío!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 24-29
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con los otros discípulos cuando se presentó Jesús resucitado. Ellos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!”
Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”.
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”.
Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”
Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”